Felicidades Argentina, 9 de julio, conmemoración de la declaración de independencia

José de San Martín, el Padre de la Patria
La historia

El Congreso de Tucumán inició sus sesiones el 24 de marzo de 1816. En él participaron representantes de las provincias que admitían la autoridad del Directorio; es decir, no estaban representadas las de la Liga Federal —con la notable excepción de Córdoba, que tenía cuatro diputado ni las ocupadas por los realistas.

Tras invertir un mes en definir su propio funcionamiento y el alcance de su misión y autoridad, la primera medida de importancia que tomó fue la elección de un nuevo Director del Estado, debido a la renuncia de Álvarez Thomas y la derrota de Rondeau. Para el cargo fue nombrado uno de sus diputados, Juan Martín de Pueyrredón, que poco después se trasladó a Buenos Aires.

El general Martín Miguel de Güemes,
líder de la 
Guerra Gaucha.
Durante los meses de mayo y junio, el Congreso se concentró en intentar destrabar el conflicto con las provincias federales, pero la intransigencia que uno y otros demostraron en defensa de sus posiciones malogró estos intentos. En el mes de julio, tras discutirse distintas alternativas como la posibilidad de coronar un rey de ascendencia incaica propuesta por Belgrano el Congreso se abocó a la discusión sobre la oportunidad de declarar la independencia; quien más presionaba en ese sentido era el gobernador de Cuyo, José de San Martín.

El día 9 de julio de 1816 se aprobó y firmó la Declaración de la Independencia de las Provincias Unidas, que en el acta respectiva eran llamadas Provincias Unidas en Sud América.

La Casa de Tucumán, donde se declaró la independencia.
"Nos los representantes de las Provincias Unidas en Sud América, reunidos en congreso general, invocando al Eterno que preside el universo, en nombre y por la autoridad de los pueblos que representamos, protestando al Cielo, a las naciones y hombres todos del globo la justicia que regla nuestros votos: declaramos solemnemente a la faz de la tierra, que es voluntad unánime e indubitable de estas Provincias romper los violentos vínculos que los ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojados, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando séptimo, sus sucesores y metrópoli... y de toda otra dominación extranjera.

Durante el resto del mes de julio se continuó discutiendo la forma de gobierno, mostrándose la mayoría favorable a una monarquía constitucional, aunque la oposición de los diputados de Buenos Aires y de Cuyo bloqueó cualquier pronunciamiento en ese sentido. El 25 de julio se oficializó la Bandera de la Argentina, creada cuatro años antes por Belgrano.

Durante los meses siguientes, el Congreso se negó repetidamente a negociar con los federales, al mismo tiempo que llevó adelante negociaciones con la corona portuguesa, tendiente a una alianza contra España y también contra Artigas; por esa época ya se había iniciado la invasión de ese país al a Banda Oriental.

A principios de 1817, al producirse una nueva invasión realista a la provincia de Salta, el Congreso decidió alejarse del peligro, trasladándose a Buenos Aires. Esta medida también obedecía a la intención de controlar de cerca la actuación del Directorio; en la práctica, sirvió más bien para que Pueyrredón y la Logia controlaran los actos del Congreso. Tres de los cuatro diputados por Córdoba se negaron a trasladarse, pero el nuevo gobierno cordobés —partidario del Directorio— los reemplazó por dos diputados leales al grupo gobernante.

Durante el resto de su existencia, el Congreso se abocó a discutir el texto de una constitución, negociar amistosamente con la corona portuguesa la invasión a la Banda Oriental y buscar un príncipe para coronarlo en el Río de la Plata. No ejerció el Poder Legislativo, ni controló visiblemente al Director Pueyrredón.

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