Atractivo natural más visitado de la provincia de Misiones |
Se localizan sobre el río Iguazú, en el límite entre la provincia argentina de Misiones y el estado brasileño de Paraná. Están totalmente insertadas en áreas protegidas; el sector de la Argentina se encuentra dentro del parque nacional Iguazú, mientras que la porción del Brasil se encuentra en el parque nacional do Iguaçu. El 11 de noviembre de 2011 fueron elegidas como una de las «Siete maravillas naturales del mundo».
En idioma guaraní, el término Iguazú se traduce como Aguas grandes. Fueron descubiertas por los exploradores europeos en el año 1541, por el adelantado Alvar Núñez Cabeza de Vaca. En 1984, la UNESCO las declaró como patrimonio natural de la humanidad.
Están formadas por 275 saltos, el 80% de ellos se ubican del lado argentino. Un espectáculo aparte es su salto de mayor caudal y, con 80 m, también el más alto: la garganta del Diablo, el cual se puede disfrutar en toda su majestuosidad desde solo 50 m, recorriendo las pasarelas que parten desde Puerto Canoas, al que se llega utilizando el servicio de trenes ecológicos. Por este salto pasa la frontera entre ambos países. Se pueden realizar paseos en lancha bajo los saltos y caminatas por senderos apreciando algunos animales de la selva semitropical perteneciente al distrito fitogeográfico de las Selvas Mixtas de la provincia fitogeográfica Paranaense.
El río que las forma, también llamado Iguazú, nace en el estado de Paraná, en Brasil, y luego de recorrer unos 1200 kilómetros por una meseta, absorbiendo el caudal de los afluentes que se topa en su camino, llega a un punto donde una falla geológica forma una grieta en la llanura. Como si una gigante pala se hubiera hundido en la tierra separando sus lados. Solo que en este corte, coincide con el paso de un río. Un río que viene recorriendo una geografía tranquila, sin demasiados sobresaltos, que de a poco encuentra en su transitar una seguidilla de saltos. Y de repente, unos 80 metros de desnivel que se convierten en una violenta sensación de vértigo: la Garganta del Diablo, combinada con un constante tronar ensordecedor que se sumerge en lo más profundo de la asfixia, para luego mansamente, desembocar a pocos kilómetros en el río Paraná.
Una de las varias leyendas cuenta de la existencia de una serpiente gigante, "Boi", la cual vivía en el interior del río. Para aplacar su ferocidad, los aborígenes una vez por año sacrificaban a una dama arrojándola a las aguas como ofrenda hacia la bestia. En una de esas ofrendas un valiente guaraní raptó a la doncella elegida, para salvarla del tradicional rito, escapándose en canoa por el río.
Al enterarse de la osadía, Boi entró en cólera y encorvando su lomo partió el curso del río, creando así las cataratas y de este modo separó a ambos indígenas.
Esta soberanía compartida entre Argentina y Brasil, registra al día más de 4.000 visitas de personas que llegan de todo el mundo para recorrer este magestuoso lugar, y la cifra supera las 10.000 cuando los fines de semana son largos o el calendario marca algún feriado patrio.
Cataratas a la luz de la Luna
Sin duda, uno de los días más esperados por los visitantes a las Cataratas del Igazu son los días de luna llena. Ya que eso días en particular, la luna sorprende con su cambio de color a medida que alcanza su plenitud.
La fascinación que ejerce el paseo nocturno sobre los visitantes es extraordinaria: hay quienes buscan sacar el mayor provecho del baño de la Luna entregándose a la meditación, otros renuevan allí sus compromisos de amor y no falta quien derrame alguna lágrima de emoción ante el espectáculo inolvidable de las caídas de agua en las noches de plenilunio.
Paseo de Luna Llena en las Cataratas del Igazú |
¿Pueden las otras maravillas nominadas disfrutarse tanto de día como de noche? ¿Pueden, con sólo mirárselas, causar temor, fascinación, adrenalina, majestuosidad, vulnerabilidad y cuanto sentido exprese el cuerpo humano? ¿Puede alguien, después de haber conocido las Cataratas del Iguazú, afirmar que existe un lugar en el mundo igual a ellas?
Las Cataratas del Iguazú ya eran una maravilla para quienes tienen la suerte de conocerlas. Ahora todas las personas alrededor del mundo pueden visitarlas y comprobar el por qué lo decimos. ¡Sé uno de ellos!
Referencias
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