Julio Cortazar, 100 años del gran relator argentino, Parte I

Este martes se cumplen cien años del nacimiento de Julio Cortázar, uno de los escritores que revolucionó las letras hispanoamericanas desde los años 50, principalmente con sus relatos, aunque también dejó su huella en el campo de la novela y la poesía.

Julio Florencio Cortázar (Ixelles, Región de Bruselas, 26 de agosto de 1914 - París, 12 de febrero de 1984) fue un escritor, traductor e intelectual de nacionalidad argentina. Optó por la nacionalidad francesa en 1981, en protesta contra el gobierno militar argentino.

Se lo considera uno de los autores más innovadores y originales de su tiempo, maestro del relato corto, la prosa poética y la narración breve en general, y creador de importantes novelas que inauguraron una nueva forma de hacer literatura en el mundo hispano, rompiendo los moldes clásicos mediante narraciones que escapan de la linealidad temporal. Debido a que los contenidos de su obra transitan en la frontera entre lo real y lo fantástico, suele ser puesto en relación con el realismo mágico e incluso con el surrealismo.

Nacido en un barrio de Bruselas un 26 de agosto de 1914, Cortázar retornó pronto (a los cuatro años) a la ciudad de origen de sus padres, Buenos Aires, que alojó al escritor hasta que, harto del gobierno peronista, se trasladó a París.

Infancia

Nació en Ixelles, un suburbio situado en el sur de la ciudad de Bruselas, capital de Bélgica que en ese entonces estaba ocupada por los alemanes. El pequeño «Cocó», como lo llamaba su familia, fue hijo de Julio José Cortázar y María Herminia Descotte. Su padre era funcionario de la embajada de Argentina en Bélgica, donde se desempeñó como agregado comercial. Más adelante en su vida declararía: "Mi nacimiento fue un producto del turismo y la diplomacia".

Hacia fines de la Primera Guerra Mundial, los Cortázar lograron pasar a Suiza gracias a la condición alemana de la abuela materna de Julio, y de allí a Barcelona, donde vivieron un año y medio. A los cuatro años volvieron a Argentina y pasó el resto de su infancia en Banfield, en el sur del Gran Buenos Aires, junto a su madre, una tía y Ofelia, su única hermana (un año menor que él). Vivió en una casa con fondo (Los venenos y Deshoras, están basados en sus recuerdos infantiles), pero no fue totalmente feliz. "Mucha servidumbre, excesiva sensibilidad, una tristeza frecuente" (carta a Graciela M. de Sola, París, 4 de noviembre de 1963).

Según el propio escritor, su infancia fue brumosa y con un sentido del tiempo y del espacio diferente al de los demás. Cuando el futuro escritor contaba seis años de edad, su padre abandonó a la familia, y ésta ya no volvió a tener contacto con él. Julio fue un niño enfermizo y pasó mucho tiempo en cama, por lo que la lectura fue su gran compañera. Su madre le seleccionaba lo que podía leer, convirtiéndose en la gran iniciadora de su camino de lector, primero, y de escritor después. A los nueve años ya había leído a Julio Verne, Victor Hugo y Edgar Allan Poe, padeciendo por ello frecuentes pesadillas durante un tiempo. Solía además pasar horas leyendo un diccionario Pequeño Larousse. Leía tanto que su madre primero acudió al director de su colegio y luego a un médico para preguntarles si era normal, y éstos le recomendaron que su hijo dejara de leer o leyera menos durante cinco o seis meses, para que en cambio saliera a tomar el sol.

Fue un escritor precoz, a los nueve o diez años ya había escrito una pequeña novela —afortunadamente perdida, según el propio autor— e incluso antes algunos cuentos y sonetos. Dada la calidad de sus escritos, su familia, incluida su madre, dudó de la veracidad de su autoría, lo que generó una gran pesadumbre en Cortázar, quien compartió ese recuerdo en entrevistas posteriores.

Muchos de sus cuentos son autobiográficos y relatan hechos de su infancia, como Bestiario, Final del juego, Los venenos y La señorita Cora, entre otros.

Juventud

Tras realizar los estudios primarios en la Escuela Nº10 de Banfield, se formó como maestro normal en 1932 y profesor en Letras en 1935 en la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta.

De aquellos años surgió "La escuela de noche" (Deshoras). Fue en aquella época que comenzó a frecuentar los estadios a ver boxeo, donde ideó una especie de filosofía de este deporte "eliminando el aspecto sangriento y cruel que provoca tanto rechazo y cólera" (La fascinación de las palabras). Admiraba al hombre que siempre iba para adelante y a pura fuerza y coraje conseguía ganar (Torito, Final del juego).

A los diecinueve años recién cumplidos, leyó en Buenos Aires Opio: diario de una desintoxicación de Jean Cocteau, traducido por Julio Gómez de la Serna y con un prólogo de su hermano Ramón. Este lo deslumbró y se convirtió en uno de sus libros de cabecera, acompañándolo por el resto de su vida.

Comenzó sus estudios de Filosofía en la Universidad de Buenos Aires. Aprobó el primer año, pero comprendió que debía utilizar el título que ya tenía para trabajar y ayudar a su madre. Dictó clases en Bolívar, Saladillo (ciudad que figura en su Libreta Cívica como oficina de enrolamiento); y luego en Chivilcoy.

Vivió en cuartos solitarios de pensiones aprovechando todo el tiempo libre para leer y escribir. Entre 1939 y 1944 Cortázar vivió en Chivilcoy, en cuya Escuela Normal daba clases como profesor de literatura y era asiduo concurrente a las reuniones de amigos que se hacían en el local de fotografía de Ignacio Tankel. 

A propuesta de éste, realizó su primera y única participación en un texto cinematográfico, donde colaboró en el guion de la película "La sombra del pasado", que se filmó en esa ciudad entre agosto y diciembre de 1946. Ese episodio fue tratado en el filme documental Buscando la sombra del pasado, dirigido por Gerardo Panero, que se estrenó en 2004.

En 1944 se mudó a la ciudad de Mendoza, en cuya Universidad Nacional de Cuyo impartió cursos de literatura francesa.


Su primer cuento, «Bruja», fue publicado en la revista Correo Literario. Participó en manifestaciones de oposición al peronismo. En 1946, cuando Juan Domingo Perón ganó las elecciones presidenciales, presentó su renuncia. "Preferí renunciar a mis cátedras antes de verme obligado a sacarme el saco, como les pasó a tantos colegas que optaron por seguir en sus puestos". Reunió un primer volumen de cuentos, "La otra orilla". Regresó a Buenos Aires, donde comenzó a trabajar en la Cámara Argentina del Libro y ese mismo año publicó el cuento "Casa tomada" en la revista Los Anales de Buenos Aires, dirigida por Jorge Luis Borges, así como también un trabajo sobre el poeta inglés John Keats, «La urna griega en la poesía de John Keats» en la Revista de Estudios Clásicos de la Universidad de Cuyo.

En 1947 colaboró en varias revistas, entre ellas, Realidad. Publicó un importante trabajo teórico, Teoría del túnel, y en Los Anales de Buenos Aires, donde aparece su cuento «Bestiario».

Al año siguiente obtuvo el título de traductor público de inglés y francés, tras cursar en apenas nueve meses estudios que normalmente llevan tres años. El esfuerzo le provocó síntomas neuróticos, uno de los cuales (la búsqueda de cucarachas en la comida) desaparece con la escritura del cuento Circe, que junto con los dos anteriores citados aparecidos en la revista Los anales de Buenos Aires, serían incluidos más adelante en el libro Bestiario.

En 1949 publicó el poema dramático «Los reyes», primera obra firmada con su nombre real e ignorado por la crítica. Durante el verano escribió una primera novela, Divertimento, que de alguna manera prefigura Rayuela, que escribiría en 1963.

En 1950 escribió su segunda novela, "El examen", rechazada por el asesor literario de la Editorial Losada, Guillermo de Torre. Cortázar la presentó a un concurso convocado por la misma editorial, nuevamente sin éxito, y, como la primera novela, vio la luz apenas en 1986.

En 1951 publicó "Bestiario", una colección de ocho relatos que le valieron cierto reconocimiento en el ambiente local. Poco después, disconforme con el gobierno de Perón, decidió trasladarse a París, ciudad donde, salvo esporádicos viajes por Europa y América Latina, residiría el resto de su vida.



Estas dos ciudades, junto con otras estancias en localidades de España, se convirtieron en los lugares más importantes para el autor y donde escribió algunas de sus obras más ilustrativas. No obstante, Cortázar terminó estableciendo su residencia en París, donde moriría a los 69 años .
Referencias

Comentarios