Casi inmediatamente, otra información dejó a todos con un dejo de tristeza… ”Anoche (23 de enero), siendo las 21:00 horas, el Monte Cervantes se ido vuelta rápidamente sobre estribor dando apenas tiempo para salvar el personal de guardia…Hay que lamentar la desaparición del Comandante Dreyer quien permaneció en el puente de mando hasta el hundimiento de su barco, sumergiéndose con él…”
Otros relatos hablan de un fuerte impacto, crujido de metales y una vertiginosa eslora que hirió de muerte al barco. Algunos datos señalan que se produjo un rumbo de más de veinte metros. Augusto Schwagermann, representante de la compañía de seguros de Hamburgo, expresó: ”…el rumbo fue en el fondo del casco sobre la superficie del agua sobresale el pantoque de proa y del lado de babor la popa y parte del timón…”
Un dato pintoresco
Ushuaia tenía en esos años una población de no más de 800 habitantes. Podemos imaginar el enorme impacto que estas 1500 nuevas personasprodujeron en la ciudad. Cuentan que los habitantes de Ushuaia reaccionaron rápidamente ante la tragedia y socorrieron a pasajeros y tripulantes. Cada hogar fueguino, cada edificio público, incluso el Presidio, debió ser adaptado para dar alojamiento y alimento a los sobrevivientes, que representaban casi el doble de la población estable del lugar, durante casi una semana.
Los misterios del Monte Cervantes
El barco dejó una serie de misterios que ya son parte de la historia de este hundimiento. Uno de ellos es el verdadero paradero del capitán, ya que nunca se encontró su cuerpo. Hay relatos que cuentan que lo vieron desembarcando en la Isla Navarino un supuesto cargamento de oro que nunca se encontró. Otra de las preguntas sin respuesta es por qué se modificó la ruta de navegación. Y como estas hay muchas historias más que el tiempo fue modelando, aunque nunca pudo resolverlas.
Después de 11 largos años de intenso trabajo, buzos de la compañía Salvamar lograron liberar el casco de su varadura. El barco fue dividido en dos partes, y con ayuda de 4 remolcadores (uno de ellos, el Saint Christopher, se trató de llevar el casco hacia Ushuaia. De repente, y luego de una desafortunada maniobra, el barco comenzó a hacer agua y se hundió para siempre en las aguas del Canal Beagle.
Fue redescubierto hace unos pocos años por buzos locales. Lo que ellos hallaron fue la superestructura, con sus cubiertas, mástiles y el resto de la obra muerta, en profundidades que van de los 35 a 45 metros. El casco permanece en más de 100 de profundidad, en algún lugar al sur de los islotes Les Eclaireurs, más allá de los límites del buceo deportivo.
Hoy, la Sala 1 del Museo del Fin del Mundo presenta diversos objetos del “Monte Cervantes", donados por viejos pobladores de Ushuaia así como familiares de los sobrevivientes del buque. El Museo de la ex Casa de Gobierno exhibe algunas fotos relacionadas con el Monte Cervantes, así como algunos objetos de los náufragos del buque.
El naufragio del Monte Cervantes ha sido declarado Patrimonio Cultural. Hasta hace algún tiempo era uno de los sitios de buceo más atractivos del Canal Beagle y también uno de los más difíciles: por su ubicación, por el clima, por la temperatura del agua y por la profundidad a la que se encuentra. Ahora, convertido en área protegida, no está permitido el buceo en este naufragio.
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